Institucionalización de la persona mayor ¿cómo se llega a esta decisión?
Abordamos las situaciones por las cuales la red familiar de cuidadores puede considerar esta posibilidad. El peso del estado de salud del adulto y el de sus seres queridos. Cinco factores que influyen
La red familiar, los llamados cuidadores informales, suelen ser una o dos personas que cargan con toda la responsabilidad y las tareas de cuidado de la persona mayor. Esto genera un gran desgaste cuando la situación se extiende en el tiempo, también si el estado de salud del adulto se complejiza.
Cuando se da la situación de plantear esta posibilidad, también cuando lo menciona algún conocido, se pueden generar diferentes reacciones en la familia: ansiedad, culpa, tristeza, angustia; también enojo. Listamos algunos factores que influyen en la decisión.
1.- El tiempo ¿Cuánto es posible cuidar de un familiar? No es lo mismo unos pocos meses que hacerlo durante años. También influye el estado de salud del adulto, si hay un deterioro cognitivo progresivo, por ejemplo. Y finalmente, el desgaste del cuidador, cómo repercute esta actividad en su calidad de vida y su salud.
2.- La pérdida de la independencia de la persona mayor. Hay muchos factores físicos pero los más importantes suelen incluir las patologías que dificultan la vida independiente de la persona mayor. La demencia (ocasiona olvidos, problemas de atención y memoria, fallas en el lenguaje, o de conducta), que también suele acompañarse con fragilidad. Además, los trastornos del esfínter, las caídas a repetición (con sus consecuencias) y los trastornos de conducta, entre otras.
Hay adultos mayores que requieren ayuda para casi todas las tareas cotidianas. Alimentarse, cambiarse la ropa, higienizarse, moverse, la familia no puede satisfacer tanta demanda o no puede tener un cuidador las 24 horas que esté asistiendo a esta persona.
3.- Los límites de los cuidadores formales. En ocasiones, no cuentan con la formación necesaria para estar cuidando de forma correcta a una persona, cumpliendo una función más de acompañamiento (que puede bastar en otros casos). Además, si el cuidado debe ser de forma permanente, se complejiza organizar turnos, reemplazos, vacaciones. Es un desafío logístico para la familia.
4.- El peso del género. A las mujeres, quienes suelen estar más vinculadas a las tareas de cuidado, también les puede ser más dificultoso tomar la decisión de institucionalizar a su familiar.
5.- Sobrellevar las dudas. Las dudas acompañan antes, durante y después de tomar la decisión Es sabido que habrá altibajos. Es algo con lo que uno, como familiar, convive.
Los profesionales serán quienes indiquen si la persona mayor requiere supervisión permanente o manejo de medicamentos por terceros, ya que no puede hacerlo por sí misma. Pero la decisión de institucionalizar la toman paciente y familia.
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