Seleccionamos algunas recomendaciones y técnicas para entrenar la vejiga provistas por los profesionales.
Para evitar o mejorar la incontinencia de orina existen técnicas que pueden resultar de mucha utilidad. También se dispone de múltiples opciones para el tratamiento que incluyen medicamentos, estrógenos locales, técnicas o dispositivos, tratamientos mínimamente invasivos y cirugías. De aquí la importancia de mencionar el tema en la consulta con su profesional de confianza. Algunas ideas que pueden ser de utilidad:
Entrenar la vejiga. Consiste en organizar un esquema de micciones programadas, de modo que se realice una visita al toillete con un intervalo fijo (al inicio se recomienda una o dos horas). Durante el intervalo entre cada micción se debe intentar retener la orina, pueden utilizarse técnicas de relajación y combinarse con ejercicios de contracción de músculos del piso pélvico. En los horarios de micción programada se debe ir al baño y vaciar la vejiga, aunque no tenga deseo de orinar en el momento. A medida que se va logrando un control de la pérdida involuntaria de orina, se recomienda ir extendiendo los intervalos en forma gradual y progresiva, hasta lograr intervalos de 3 a 4 horas que es lo que se considera normal.
Ejercicios de contracción y relajación del piso pélvico. Estos se deben hacer 10 veces inicialmente 3 veces por día, intentando generar una contracción sostenida de 8 a 10 segundos en cada repetición. Estos ejercicios también se pueden realizar en forma supervisada con un terapista o con diferentes dispositivos.
Convivir mejor con el problema. Existen dispositivos y productos que pueden mejorar la higiene y la calidad de vida de las personas con incontinencia urinaria. Estas opciones incluyen diferentes productos absorbentes como apósitos, zaleas descartables o pañales para adultos, dispositivos externos anatómicos para hombres o mujeres, catéteres, obturadores, así como también elementos de ayuda que facilitan el acceso al toilette como orinales, urocolectores y baños portátiles. Todas estas alternativas se pueden utilizar en forma combinada y para diferentes situaciones cotidianas.
Tomar un rol activo como paciente o cuidador. Solicitar información, investigar todas las alternativas de tratamiento o ayuda disponibles y aprender a combinar cada una de ellas en diferentes situaciones de la vida cotidiana, de modo que se pueda lograr un menor impacto a nivel personal y social. También existen organismos, asociaciones de pacientes y sociedades internacionales que podrían ser de utilidad.
La incontinencia urinaria se asocia a mayor riesgo de lesiones en la piel (celulitis o dermatitis), duplica el riesgo de caídas y aumenta el riesgo de fracturas.
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